Desarrollo emocional y música

El desarrollo emocional es un aspecto muy importante para la felicidad y la plenitud del ser humano. Para los adultos debiese ser un tema muy importante a la hora de educar a ese ser humano desde que es un recién nacido. Cada gesto, cada palabra, cada situación en la que interactúa el infante está teñida de emocionalidad. ¿Qué entendemos por emoción? Se refiere a lo que una persona siente ante un pensamiento o una situación en la interacción con un objeto, animal, persona o consigo mismo. Hay emociones básicas que se manifiestan desde que el ser humano es un bebé, como la rabia, la pena, la alegría y el miedo. Luego se va aumentando el repertorio de emociones como el amor, la vergüenza, la culpa, la calma, el goce estético, etc. Según un artículo de la universidad de Pamplona «las emociones constituyen un sistema de alarma que nos avisa de que algo importante está ocurriendo. Para los bebés, es su medio de comunicación ya que no tienen conocimientos ni poseen experiencias para poder comunicarse de otra manera» . A medida que los niños son guiados en su crecimiento emocional pueden ir conociéndolas, aceptándolas, expresándolas para ser más sanos emocionalmente. El objetivo de la educación emocional es que el niño pueda ir formando, como dice Amanda Céspedes, en su libro “Educar las emociones, educar para la vida”, una plataforma primaria de la armonía emocional. Esta plataforma primaria de la armonía emocional  incluye la alegría existencial, sobre la que se construye el optimismo. También incluye, la motivación para explorar, aprender y gustar del conocimiento y, algo muy importante, la emoción de la serenidad, bajo un sentimiento de confianza básica en la que el niño se sabe amado y aceptado incondicionalmente.

Jugar con el niño ayuda a la expresión de las emociones

Algo tan complejo como el desarrollo emocional de los niños depende de muchos factores, tales como la propia disposición biológica del bebé, su relación primaria con su madre desde que ésta lo amamanta, hasta las relaciones con los demás integrantes de su familia, el jardín infantil, el barrio, la sociedad y su cultura. Para mantener un apego sano, el que todos los seres humanos vivimos de distinta manera, la madre debe satisfacer las necesidades no solo de alimentación y cuidados físicos, sino que, además, su forma de tratarlo, de estar atenta, de cobijarlo, de calmarlo con nanas y palabras suaves, teniendo en cuenta que es natural y necesario formar el sentimiento de apego, que es vital para el desarrollo emocional de toda su vida.

 La música se constituye así, en una aliada para que la madre establezca, a través de su voz cantada, de la audición de música docta, infantil, popular, tradicional y juegos, relaciones felices. Puede jugar con movimientos corporales y gestos que ayuden a la expresión y movimiento propio de la estimulación psicomotriz de los bebés. Esta asociación de movimiento, juego y música, más el afecto y voz de la madre se constituye en la primera relación que educa esta emocionalidad proporcionando momentos de placer al infante.

Cuando existe un objetivo y una educación formal o informal respecto a la música, solo apuntará al desarrollo emocional en la medida que no sea teórica, ni con la intención de enseñarle a memorizar sin tomar en cuenta el sentido lúdico que caracteriza a los niños. Conocer por intuición sus intereses, sus capacidades, y su mundo de fantasía, ayuda a los adultos y profesores a encauzar el gusto por la música a través del desarrollo de habilidades. ¿Cuáles son esas habilidades musicales que se entrecruzan con su desarrollo emocional? La habilidad de escuchar música con atención se transfiere en la habilidad emocional de escucharse y de escuchar a otros. En estas relaciones se pueden producir emociones de alegría y optimismo frente a la relación con los adultos y sus pares. También a través de la educación musical utilizando las canciones como recursos didáctico, se desarrolla la capacidad de aumentar su lenguaje comprensivo al estar en contacto con de las canciones asociadas a movimientos, partes del cuerpo, personas, animales y objetos de su entorno. El lenguaje comprensivo le permite tener recursos para expresar sus emociones y captarlas en los demás a través de diversas temáticas que producen la empatía con la emoción de otro.

El ambiente de la sesión o clase de música adecuado para bebés o niños en su primera infancia es un privilegio que no todos los niños pueden tener, pero que es vital para educar en las emociones, sobre todo si participan en ellas los mismos padres, puesto que aprenden y se relacionan con la música de manera natural estableciendo vínculos que fortalecen el apego y la atención que los adultos deben prodigar a los pequeños.

Si hiciéramos un estudio longitudinal de los niños que han sido estimulados hacia un buen desarrollo emocional, guiándonos por una batería de pruebas que apunten a la plataforma armónica de crecimiento en esta área, y siguiéramos la relación y tiempo compartido en actividades comunes que incluyan la educación musical, podríamos lograr inferir cómo ésta ha podido colaborar en el proceso educativo de las emociones. La educación musical es uno de los factores que colaboran para la formación del desarrollo emocional adecuado para los niños.

YouTube player

Si bien la música es un objeto de estudio, y su composición requiere un pensamiento creativo, al ser expresada y escuchada, genera emociones, estados de ánimo que pueden ser buenos y no tan buenos según el oyente. Pero, en definitiva, si los niños están expuestos a ella, debiese ser de manera didáctica y acorde a su etapa de desarrollo. Las emociones se irán trasmitiendo a través de ella y pueden ser muy educativas si se intencionan para que suceda. Lo importante es formar en los niños la plataforma de la armonía emocional a través de experiencias gratificadoras con sus padres y familia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *